Tú saluda, que nunca se sabe
No es habitual que me cueste apenas dos intentos atrapar un flechazo instantáneo.
Lo de que los 31 de diciembre se me acumulen los hallazgos epatantes y aleatorios sí es normal. Pero, por definición, al azar uno no puede acostumbrarse. Si no, no se llamaría azar. Y quiso que el 31 divisara a lo lejos algo que no me esperaba de Mañolandia: un Cyberster, ojo al dato, matriculado.
Un Cyberster con sus numericos y letricas correspondientes y de uso. Ahí, para firmar un par de cosas en la oficina y volver a casa.
Me hizo una ilusión enorme. En una ciudad que suele responder con opiniones conservadoras respecto a los eléctricos, más aún si son de pisarle un poquillo -de gran cilindrada ya no se puede decir, habrá que inventarse otra coletilla-, esto me insuflaba esperanza. Aún quedan contestatarios, alguien que le otorga una pequeña oportunidad a la larga transición a lo que sea que venga después.
Que ni está carrozado por una gran firma italiana ni ruge como le gustaría a Miguel Maldonado -también deberá adaptarse, no le queda otra-. Quizás no es más que una unidad de gerencia para ir exhibiendo lo más bajito que engendra Oxford estos días con dinero de SAIC. Lo importante es que ya es oficial: forma parte del tráfico zaragozano.
Lo que me fastidió es haberlo visto tarde. Muy lejos, sin oportunidad de desenfundar la Canon y echarle un par de fotos al vuelo.
Una semana después me he redimido. Mucho antes de lo que pensaba. Ya está en mi haber.
El aparatillo este me ha encantado. En persona es redondillo, afilado, planito. Realmente es un mastodonte comparado con lo que producía la MG de la Leyland en el siglo XX. Pero tiene su gracia. Más empaque que un MX-5 -que también adoro- y más inesperado, ahora mismo, que un 718 Boxster o uno de los últimos F-Type sin techo que consigan colocar.
Dudo muchísimo que me suba a alguno algún día. Ojalá. El motor eléctrico debe de responder lo suyo porque en los semáforos salía con garbo, con rasmia que decimos aquí en mi tierra. Y sin estridencias acústicas. Abogo por el buen gusto no basado en permanecer por encima de las 6000 revoluciones -que tampoco tiene el Cyberster, de todas maneras-.
Con esto de que ya no vivo en Zaragoza desde hace un lustro me ha chocado que lo haya matriculado Ebromotor. En mi disco duro mental lo tenía asociado de siempre a Honda. Me hace preguntarme si los comerciales sentirán algo de nostalgia al entregar los Cyberster. Cómo sería un S2000 para un Z.
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